Cuando la ansiedad te supera no sabes ni respirar. Se te olvida o lo logras.
Intentas por todos los medios respirar, atrapar todo el oxígeno del planeta, en vano.
¿Qué puedo hacer? Yo me concreto en calmar el cuerpo. Recordarme que es solo un estado de alerta de tu cuerpo. Aunque sé que razonar esto en esos instantes es casi tarea imposible, pero solo difícil.
No te ahogas de verdad. No lo haces.
Tu cerebro te engaña como cuando te crees hasta el último detalle de tus pesadillas. Pero al despertar te das cuenta de que son solo eso, pesadillas. Falso, miedo irreal, infundado.
La ansiedad funciona igual, te engaña, te persigue, te oprime y crees de todo. Incluso que ni siquiera sé respirar.

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