Hace unos días estuve hablando con un buen amigo mío sobre el amor y, sobre nuestros conceptos de relaciones reales frente a la relación romántica y perfecta que todo el mundo desea.
A raíz de esta conversación, escribí una descripción breve y concisa de lo que a mi aparecer es una pareja (novio/ novia, lo que sea):
Para mi un novio no es una carga, pero si es un trozo de vida ajena que se incorpora a la mía
Debo tomarme como un compromiso: cuidar y querer a esa persona, en las bases de la confianza, fidelidad y compresión.
Ese trozo de vida ajena debe quererme y cuidarme a mi también con el mismo compromiso que yo pongo.
Eso implica no atosigar, no prohibir nada, no limitarte, no obligarte ni condicionarte a nada.
Y por mi parte, como trozo de vida ajena que se incorpora a la mía, debo aceptar e integrar en mi día a día sus virtudes, defectos, similitudes y diferencias conmigo y mi personalidad. Comprender sus problemas, sus inseguridades y todo lo demás. Es mi opinión desde siempre. Aun con todo lo que he vivido.
Esas fueron mis palabras y al compartir esa definición con mis cercanos, todos coincidieron conmigo en que es real, pero por desgracia es como un patrón de costura que no sigue nadie o muy pocos.
Pero... ¿realmente tenemos claro que todos cumpliríamos esa descripción? Mi respuesta es no.
Veo altamente improbable que alguien realmente no se salte alguna de las cosas que te digo ahí o carezca del mencionado "compromiso" al que hago alusión numerosas veces.
Espero que mis lectores comprendan que no digo que sea la idea exacta de novio, pero si es un modelo básico al que deberíamos aspirar si queremos que el amor perdure en nuestras vidas.
Lo que está claro es que siempre habrá parejas que no se comprometan, personas que aguanten celos, prohibiciones, o que incluso ellos mismos se limiten en las metas de la vida solo para complacer o evitar dañar a la otra persona.
Siempre encontraremos los típicos comentarios de "el amor es una mierda", "no creo en el amor desde que X me dejó", "odio a los hombres/mujeres".
Y también hallaremos frases como: "quiero enamorarme", "echo de menos decir te quiero", "quiero tener novio por primera vez".
Hay de todo, como en la mayoría de veces cuando hablamos de algo tan complejo como es el sentimiento del amor.
Ese que contribuye en gran medida a controlar la montaña rusa que mencioné en la anterior entrada.
Te hace subir y bajar con un solo gesto, una frase, un comportamiento, un beso, un hola, un adiós, un hasta siempre...
Nos da forma y nos destruye. Nos alimenta y nos ahoga. Nos da energía pero también nos agota.
El ser humano es emocional, sensible, susceptible al cambio y el amor nos cambia, por lo que nos volvemos vulnerables ante él.
Siempre representado en la historia y el arte como algo nocivo, dañino, mortal hasta consumirte.
No hay peor veneno que el amor. Pero también es un veneno que todos deseamos probar, nos da morbo pincharnos con la aguja del enamorado aunque nos duela. ¿Por qué?
Porque el ser humano necesita esa adrenalina, ese veneno, esa sustancia que le acelere el pulso por nerviosismo ante el primer beso, o por el contrario, ahogarle los pulmones encharcando los ojos de lágrimas y cerrando la garganta ante el desamor.
Porque si las emociones pudiesen ser materiales, algo que pudiésemos tener en nuestras manos, estoy segura que cada uno de nosotros iríamos al bar de los sentimientos y pediríamos una de amor.
ATTE:

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