Escribí este fragmento hace días con el nombre de borrador "random" así que ya podéis imaginar el orden y sentido que tendrá al ser redactado.
Disfrutadlo, pues uno de los textos a los que más cariño le he puesto.
Recordaros también que observéis la fecha de publicación de esta entrada. Retenedla en vuestro recuerdo hasta la última palabra de este fragmento.
¡¡Un saludo y que vaya bien!!
¿Sabéis cuál es mi parte favorita de una relación sentimental? El comienzo.
Ahí dónde todo empieza, el pistoletazo de salida de los sentimientos.
Las miradas, las sonrisas fugaces, los roces tímidos, inseguros…
¿Sabéis otro momento muy especial del comienzo? Cuando las emociones están a flor de piel, cuando la tensión se respira y queréis coger el oxígeno del otro.
Cuando deseas abrazar, besar, pegaros a esa persona como un pegamento une dos trozos de papel.
Queréis veros constantemente, charlar de todos vuestros gustos, contaros mutuamente un resumen muy amplio de vuestras vidas, para daros a conocer y poder entrar en la vida de la otra persona, al saber el último de sus recuerdos.
El momento del primer beso… siempre que me ocurre, lo vivo como si fuese el primer beso de mi vida.
Sientes miedo, inseguridad, temor al rechazo… Las miradas pasan del brillo de los ojos, a los labios que humedecemos para controlar nuestra boca seca propia del nerviosismo que sentimos al estar ante esa persona. Esos labios que mordemos para distraer nuestra mente, embotada de sensaciones, de deseos impulsivos.
El silencio, ese que no es para nada incómodo, sino todo lo contrario… deliciosamente hermoso.
Esas respiraciones que se entrecortan los segundos previos a unas caras que se buscan con pesada lentitud, temerosa.
Incluso me atrevería a decir que somos capaces de percibir lo que está pensando la persona que tenemos frente a nosotros. Como una barrera invisible que nos separa, acaba rompiéndose con ese beso tan esperado, lento, dulce y tímido al comienzo y que poco a poco va desarrollándose, dejando fluir las emociones, en un contacto tan pasional, que sientes que no puedes volcar más tu corazón en un acto tan sencillo como es la fusión de dos bocas.
¿Sabéis cuál es mi parte favorita de una relación sentimental? El comienzo de las mariposas, de las emociones que te sobresaltan y no te dejan pensar con claridad, esa etapa llamada “color de rosa”, lo irracional se abre paso en tu cerebro y deja de lado todo lo demás.
No hay nada más maravilloso que el cosquilleo en el estómago, el hormigueo de tu cuerpo cuando unos dedos rozan tu piel.
Hablamos en todo momento de las emociones, pero dejamos de lado las que se forman en el ámbito sexual. Ese momento tan natural, que cuando llega te desborda como si fuese algo mágico, para nada algo tan instintivo como te lo describen en los libros de ciencias.
¿Quién dice que la risa no es importante en la cama? Reír y confiar son esenciales para saber que estás exponiéndote a la persona adecuada. Preguntad a cualquiera si no es más gratificante algo que de por si gusta, como es el sexo, con estos dos elementos de comunicación humana.
Estar enamorado es lo mejor y lo peor que te pasará en la vida.
Porque todo llega a su final, al igual que tiene su comienzo.
Porque como ya he comentado al principio de este texto, el inicio es maravilloso pero el final… Pero rectifico, a veces el final también puede ser agradable y acabar con un corazón poco dañado, sin muchas heridas sangrantes. Porque habrá daño asegurado.
Porque como ya he comentado al principio de este texto, el inicio es maravilloso pero el final… Pero rectifico, a veces el final también puede ser agradable y acabar con un corazón poco dañado, sin muchas heridas sangrantes. Porque habrá daño asegurado.
Creedme cuando os digo que todos estos momentos aquí descritos son mágicos, inexplicables por la ciencia y todo es fruto de la madre Naturaleza. Esa que hace las cosas y no dice los por qué. Pero debemos estar agradecidos por hacérnoslos vivir.
Vida, permíteme experimentar más emociones como las expresadas en este texto, esas que me llevaron a las nubes y me hicieron perder el sentido y la noción del tiempo.
Escribo estas palabras finales en un día que podría haber sido muy especial. Podría haber sido mágico y ahora es solo un vago recuerdo en mi memoria como tantas otras fechas que están almacenadas en mi mente. Así va esto que llamamos amor, así va lo que llamamos vida.
No sabemos que nos tiene preparado. Pero siempre habrá algo por experimentar, por sentir, por vivir.
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