He oído esa frase centenares de veces en boca de familiares, amigos, conocidos y enemigos, y aún así no sé cómo explicarles que mi personalidad es así.
Mi profesora de Literatura me considera una "romántica" en el sentido histórico de la palabra.
Bohemio, egoísta, diferente a la sociedad, no sigue las normas, amante de la crítica y la exageración.
Puede que tenga razón con esa descripción hacia mi persona, 'catalogándome' de Romántica, pero aunque sea así, la profesora se olvida de mencionar que estos románticos sufren con frecuencia por no ser aceptados por la sociedad. No encajan en ningún sitio y viven un tormento continuo.
No es como si yo quisiera ser así. Es más, lucho contra mi personalidad y mi cabeza para ser un poco diferente a esa descripción y sacarle el lado positivo a la vida.
Buscarle cosquillas a la tristeza. Regalarle una sonrisa a la pena, y luchar hasta el último suspiro por una pizca de felicidad.
Todo esto para que no sea valorado, para que sigan diciendo lo mismo una y otra vez, sin pararse a pensar lo que hay dentro de mi cabeza, en los recovecos de mis pensamientos.
A regañadientes soporto sus críticas y continuas quejas hacia una personalidad que poco a poco voy apagando. Borrandola con chutes de alegría, cincelando a su convenio.
Y es entonces, cuando aún así no consigues "contentar" al prójimo, cuando dejas de hacer lo que tanto tiempo llevabas trabajando y comienzas a ser tu mismo otra vez solo para volver a oir que soy una simple exagerada que tiende a "comerse demasiado el tarro"
Buenas días. Buenas tardes. Buenas noches.
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