De pronto, sin venir a cuento, ambas comenzaron a cantar una melodía de una canción norteamericana sumamente bonita pero de la que no recuerdo ni título ni cantante. En fin, fuera a parte de eso, vamos con el tema.
Noté que ellas, amigas desde que comenzaron a hablar (según me cuentan), desconectaron del mundo y se sumergieron en el suyo.
Al cabo de unos instantes, yo decidí imitarlas y me evadí de la realidad, sumida en sus voces, las cuales -sinceramente- son hermosas en su unido compás.
Yo por aquel tiempo había discutido con una gran amiga para mí, una amistad tan similar como la de éstas chicas en cuestión, y me encontraba en un estado de letargo de ignorancia auto-medicado por mi conciencia para calmar mi sufrir interno.
Pero su canto me llegó tan a dentro que quise llorar. Sin embargo, me contuve por cortesía, y sobretodo para no interrumpir semejante torrente de pensamientos que me provocaban sus voces melodiosas.
Repito que no recuerdo la canción, pero aún así, no volvería a escucharla a no ser que saliese de nuevo de sus labios.
Aquella escena era tan mágica, que es imposible de describir con palabras...
Ambas creaban un aura hermosa a su alrededor, apartándolas de mí y todo cuanto nos rodeaba.
Las envidio, y no me privo de decirlo.
Recordé un comentario sobre "Romeo y Julieta" en clase de Literatura que no pude dejar pasar ante aquella pureza. Los amantes de Verona cuando se conocieron en el baile crearon una burbuja a su alrededor para evitar la entrada a los curiosos y vivir ellos su propia fantasía amorosa.
A esto mismo me recordaron ellas. Era increíble lo complementarias que se veían juntas.
Sentí tantos sentimientos dentro de mí, ofuscados en mi mente, invadiendo mi pecho, que es imposible describirlos todos y mucho menos escribirlos con palabras...
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