Puede traer tantas emociones y recuerdos una simple nota que es dolorosamente hermosa.
Amo la música, el piano y el violín son mi perdición, pero entristecen tanto que no quieres escucharlo más..
Sin embargo, cuando estás triste, recurres a ella.
¿Por qué digo todo esto?
Porque sentir algo como la soledad, te pone muy triste y al estar triste, recurres a la música, retomando así el tema principal.
¿Cómo explicar ese sentimiento con palabras...?
Sientes punzadas en el corazón, como pequeños aguijones de abejas codiciosas de felicidad.
Y al igual que extraen el polen de las flores, te despojan de la alegría y la vitalidad del rostro.
La soledad, inquieta, te provoca un vacío en el estómago que no te deja ni comer. No puedes deshacerte de ella aunque estés rodeada de gente y eso es lo peor de todo, aun en una habitación llena de personas, el vacío doloroso persiste en el fondo de tu alma, y no te permite respirar.
¿Qué hacer entonces..? Deja de pensar, evádete del mundo y cuando tu mente esté muy lejos... ¡Grita!
¿Por qué? Por todo aquello que te presione, que te ahogue, que te haga daño...
¿Hay forma de hacer desaparecer la sensación de soledad? ¿De exclusión?
Quizás llorando, deseando que desaparezca...¿ quién sabe? Quizás es pasajero, no durará para siempre... Quizás... algún día deje de doler.
Mientras escribo estas palabras, en un sitio como es este blog, permanezco en mi burbuja, ajena a todo lo que me rodea y nadie se molesta en sacarme de ella.
Quizá el problema sea yo, ¿de verdad espero recibir tanto de los demás?
Pues como un amigo me dijo una vez.. no debemos depender de nadie salvo de nosotros mismos..

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