23 de septiembre de 2012

Teenage Dream- Capítulo 23


Capítulo 23: Negro es el color de la muerte.

Habían pasado 2 días después de la muerte de Daniel, a los que Sandra no había asistido al instituto. Estaba en su cuarto llorando, sin parar. Su madre preocupada siempre le preguntaba si tenía hambre, si quería salir a tomar el aire o si quería hablar con ella para desahogarse, pero todo era inútil. Sandra se encerraba en su cuarto y no salía de ahí. 

El tercer día de la muerte de Daniel, Sandra recibió una llamada de la madre de este, invitando a ella y a Alejandro al entierro de su hijo.
Sandra aceptó, nada más se lo dijo y le dio las gracias.

17 de Marzo de 2013.

Sandra en su cuarto, busca en su armario alguna prenda de color negro para ir al funeral de Daniel, pero no encuentra nada y opta por unos vaqueros oscuros y una sudadera gris. Pero su madre irrumpe en su habitación con un vestido de manga larga y cuello de barco negro, tan largo que llegaba hasta los tobillos.

-Tenía este guardado, pero me queda mal y creo que a ti te vendrá mejor, aunque sea para una ocasión como esta- Dice la Madre de Sandra, mirando con tristeza a su hija y al vestido.

-Gracias mamá, te lo agradezco- Agradece Sandra mientras coge el vestido y se desnuda para después ponérselo.

-¿Alejandro vendrá a recogerte?- Pregunta su madre mientras ayuda a Sandra vestirse y después la ayuda a peinarse.

Sandra asiente y las dos quedan en silencio, mientras su madre le peina el revuelto pelo rizado de Sandra.

Pensar en el cementerio la entristece pero no le queda otro remedio, quiere asistir para ver a Daniel por última vez, aunque sea a cinco metros bajo tierra.

Cuando había pedido ayuda en el hospital, habían asistido todos los médicos y enfermeras, incluidos también, los padres de Daniel, el padre de Alejandro y Alejandro, que se puso blanco al ver la escena entre Daniel y Sandra, y luego abrazo a la joven con todas sus fuerzas.

La madre de Sandra termina de peinarla y le besa la cabeza.

-Cariño, todos nuestros seres queridos se irán tarde o temprano, debes aceptarlo, yo perdí a mis padres siendo muy joven y aquí sigo, adelante con todo- Dice la Madre de Sandra con una sonrisa nostálgica y una mirada melancólica. 

-Lo sé Mamá, gracias..- Dice Sandra con la voz apagada, sujetando la mano de su madre y saliendo de su habitación.

Al bajar las escaleras, el timbre suena y Sandra abre rápidamente para ver a Alejandro en el rellano de la puerta, ataviado con unos vaqueros oscuros, y un abrigo negro de algodón que le llegaba por encima de las rodillas.

-¿Vamos?- Pregunta mientras le extiende la mano a Sandra.

La joven asiente y se despide de sus padres, y acompañada de la mano de Alejandro, se dirigen al cementerio de la ciudad.


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Un sacerdote se encontraba delante de la tumba de una persona, en un cementerio alejado de la ciudad. Sandra y Alejandro llegaban tarde al funeral y agarrados de las manos, se colocan detrás de algunos parientes del fallecido.

En la lápida esta escrito el nombre de Daniel, el ex-novio de Sandra, pero también uno de sus mejores amigos. Había muerto a causa de un extraño incendio en su casa, provocado por una chimenea.
Había sufrido unas quemaduras muy graves y había muerto a causa de la asfixia que le provocó el humo y las propias quemaduras.

Al terminar el sacerdote de recitar algunas pautas de la biblia, le da su pésame a los padres y se marcha a paso rápido del cementerio.  
Los familiares, se acercan a la tumba de Daniel, y le ponen flores.

La madre de Daniel, ve a Sandra y se acerca a ella sonriendo levemente y con unas gafas de sol muy oscuras.

-Gracias por venir al funeral de Daniel, te lo agradezco mucho- Le dice la madre de Daniel a Sandra, quitándose las gafas de Sol y dejando al descubierto, unos ojos hinchados y rojos, por las lágrimas.

-No hay que darlas, Daniel era uno de mis mejores amigos, y yo fui la última que le vio con vida, tenía que venir- Dice Sandra apartándose de Alejandro y abrazando a la Madre de Daniel.
-Ahora debo irme, y me gustaría que siempre que pudieras, te pasases por mi casa, para hacerme visita.
-No hay ningún problema, siempre que me lo pida iré- Suelta Sandra sin pensar.

La mujer le sonríe levemente y se marcha de allí, se aleja hacia las puertas del cementerio, acompañada de su marido y la abuela de Daniel. 

Cada vez había menos personas en el cementerio, y cuando ya no quedo nadie, Sandra y Alejandro se quedaron junto al ataúd aun no enterrado.
            
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Tras el funeral, y después de que todo el mundo se hubiese ido. Sandra y Alejandro continuaban agarrados de las manos, delante del ataúd aun no enterrado a 3 metros bajo tierra, de Daniel.

Sandra llorando con el corazón encogido y agarrada fuertemente de la mano de Alejandro, mientras este la miraba entristecido y preocupado. De vez en cuando una lágrima caía por la mejilla de Sandra y Alejandro con el dedo pulgar las iba quitando.

-¿Quieres que nos vayamos ya?- Pregunta Alejandro apretando la mano de Sandra contra la suya.
-No.., quiero.. Estar un poco más- Contesta esta limpiándose las lágrimas con la mano libre.
-De acuerdo, estaremos el tiempo que quieras...- Alejandro mira al frente y lee la lápida de Daniel.
“Aquí yace Daniel Domínguez Ramos, 1998-2013. Tu familia y tus padres siempre estarán contigo”

Alejandro aprieta los labios, y una brisa helada típica del invierno, alborota su pelo rubio y con la mano que le queda libre se lo peina de nuevo.
En ese momento Sandra suelta su mano, se acerca a la tumba y se arrodilla en el césped, manchando su vestido negro que le llegaba hasta los tobillos, pero al ser negro no se notaba demasiado.

Arrodillada frente a la lápida de Daniel, con el que había tenido tantos problemas pero también tan buenos momentos, recuerda su rostro. Su pelo moreno cayendo sobre su frente alborotado con cara de dormido, al entrar en el instituto por las mañanas de los Lunes. Discutiendo con ella por no dejarle los deberes. Cuando eran novios.. La enfermería, la piscina, el viaje de fin de curso, cuando le vio empapado en un viaje que hicieron al río, y la discusión en el parque con Roberto, los dos peleándose por ella, en ese momento se sintió alagada pero a la vez confusa. Y ahora que tenía a  Alejandro perdía a Daniel.. De todos modos, aunque haya muerto, todas las fotos que tienen juntos, y los recuerdos en la mente de Sandra perduraran siempre. Incluso el último instante en el que estuvo con él, completamente vendado, con grandes quemaduras en la cara, y sin su pelo negro a la vista. La había pedido si podía besarla, y lo quiso en la mano hasta el último momento, pero Sandra como sabía que eran o quizás no, los últimos momentos de Daniel, le había besado en los labios. Recuerda el último suspiro de chico “Gracias” le había dicho, mientras su vida se apagaba, y una lágrima caía por su mejilla.

La chica se levanta lentamente y tras recitar una oración en voz baja y  santiguarse, mira de nuevo al ataúd marrón oscuro y con un crucifijo encima de color dorado.

-Adiós Daniel..-Termina por decir Sandra con los ojos cerrados y una lágrima cayendo por su mejilla, hasta precipitarse por la barbilla y caer al suelo.

La chica se abraza a si misma, por el frío que allí hacia. Alejandro se acerca a ella y la abraza por detrás.
La gira para conseguir que sus miradas se crucen y la besa en la frente. Sonríe levemente y la abraza tan fuerte que la levanta del suelo durante unos breves segundos.

La chica intenta sonreír también y le besa. Sus labios estaban salados por las lágrimas que antes habían resbalado por la comisura de estos.

Los dos se agarran de nuevo las manos y mirando una última vez la tumba de Daniel, caminan hacia la puerta del cementerio.

Mientras salen del cementerio Sandra piensa que una vez más, al igual que con Lucía y Sara cuando se despidió de ellas 3 años atrás, y las perdió para siempre, pensó que con Daniel pasaba igual, pero en el caso de Daniel si sería definitivamente para siempre, nunca más podría hablar con él, ni por móvil,ni  correos electrónicos o incluso verse.. Cualquier cosa.. Su asiento en el instituto estará siempre vacío.
Ya todo daba igual, Daniel se había ido, y todo por culpa del incendio de su casa..

Pero, para Sandra, Daniel siempre estará a su lado. Porque al igual que la chica le había a Daniel en el hospital, “Tú siempre has sido, eres y serás una persona muy importante para mi, has cambiado mi vida”. La chica no mentía, y esa afirmación, la iba a cumplir el resto de su vida.






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