1 de noviembre de 2018

Día 25.

Te fuiste y me dejaste con la miel en los labios. Un café a medio terminar. Una canción interrumpida.

Dejamos la cena a medio hacer, la cama deshecha, la película sin empezar. Te fuiste y me dejaste sola, con mi dolor y mis lágrimas.
Te fuiste pero estás presente en cada canción, cada palabra, cada recuerdo...

Te marchaste de viaje pero me dejaste las maletas a mí. Te fuiste pero estás.
Sigues ronroneando en mis sábanas tras una batalla fogosa, como un gato buscando mimos. 
Permaneces en mis noches paseando por mis sueños vacíos. Mi forma de hablar te recuerda, una presencia incorpórea.

Me pican las manos al oír tu nombre. Quiero odiarte, expulsarte, marchitarte y que desaparezcas dentro de mí. Déjame, pero de verdad. Déjame sola... y en paz.
No te necesito ni lo haré jamás. Ya van 25 días llorándote sin parar.
Dolido corazón, no me lo digas más, olvidado está.

Solo te pido que cuando más dudoso, aturdido y dolido por el amor estés, recuérdame. A mí, a mi risa y a mi forma de decir "te quiero". Que te escueza la sinceridad en los oídos. Que los ojos lloren de nostalgia y tu pecho se infle de incertidumbre porque tu cerebro se pregunte una y otra vez: ¿la volveré a ver?

La respuesta es... que ni yo lo sé ni lo quiero saber.



Image and video hosting by TinyPic

No hay comentarios:

Publicar un comentario