Caminamos de la mano mientras la tormenta nos cala la ropa. Nos moja los huesos y empapa el cabello. Pero todo eso no tiene importancia. El aire es frío pero tu mano, cálida, transmite puro amor a mi interior.
El viento húmedo deja de ser relevante, desaparece.
Tu mirada es más reconfortante que cualquier chimenea. Entrelaza tus dedos con los míos y paseemos bajo la lluvia.


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