Que frágil es la existencia. La importancia que tienes para alguien.
El estrés, la ansiedad te oprimen el pecho.
Quieres dejar de pensar en ello, pero es imposible.
Me duele el estómago.
Golpéame y déjame dormir. Así dejo de pensarlo.
Y de pronto, tal como vino el dolor, llega la confusión.
Parece que nada ocurrió, sin embargo... si lo hizo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario