Estamos a 31 de Octubre y quiero decirte que fuerza. Fuerza para seguir respirando.
Muchas cosas han pasado en este 2017. Aún quedan dos escasos meses para que acabe, pero debemos decir que no ha sido un mal año, debes reconocer eso. Y puede acabar muy bien.
Ha habido altibajos con amigos, en el amor, en la familia, incluso debates escolares y disputas en el país, que no deben afectarnos tanto pero ahí están.
Estas palabras son para pedirte que las leas cuando te encuentres mal o sientas que tu vida se desmorona como un castillo de naipes, haz caso a mis consejos, aunque te cueste. Te aconsejas tú misma, hazte caso.
Sonríe, esa sonrisa enamora y alegra a más de uno. Abraza a tus amigos cuando les veas. Los mismos amigos con los que has vivido muchas aventuras desde que os visteis las caras por primera vez el tercer mes del año. Los mismos que cuando ven inexpresión en tu rostro ya saben que algo ocurre en tu cabeza.
No discutas tanto en casa, no sirve de nada. Solo hace que te estreses, lo pagues con otros o que no te concentres en cosas más importantes.
Controla tus hormonas, porque te vuelven estúpida y haces tonterías. Respira y sonríe.
Di 'te quiero' cuando lo sientas, besa cuando lo desees, cómete a todos con los ojos y mira con los labios.
Disfruta de la música como a ti te gusta, con los ojos cerrados tumbada en tu cama en una solitaria habitación o bailándola como una loca en una sala oscura llena de gente.
Bebe cervezas, chupitos o un cóctel con extraño nombre. No leas los ingredientes de los pasteles, deléitate con su sabor. No te obsesiones con el deporte, disfruta con él. Mírate al espejo y ámate como nadie más hace ni hará.
Disfruta de las flores, el mar, las hojas marrones del anaranjado otoño, disfruta de la nieve y el frío. Tapa tus orejas con gorros de lana y bufandas que rodeen tu cuello.
Disfruta del sol, de la luna. Vive el día y la noche. Siente el viento y la tranquilidad del ambiente.
Siente risa, lágrimas, horror, ira y caos. Siente depresión y euforia. Necesitamos ambas cosas alguna vez en nuestra vida.
Ve cine. Lee libros. Engánchate a series y llora con la dura realidad que muestran los documentales. Preocúpate de la prensa, del mundo, de tu alrededor.
Sigue siendo tan observadora como siempre, mirando cada detalle con minucia. Pero no olvides contemplar lo que tiene a tu lado, a veces es más importante que todo lo demás.
Da las gracias y pide perdón cuando sea necesario. Saluda a ese borde conductor de autobús con un "buenos días" cada mañana, le alegrará escucharlo de una voz amable.
Baila, grita, salta, llora, ríe, se escandalosa y silenciosa. Chistosa y borde. Amigable y apártate cuando lo necesites. Ofrece abrazos, un oído o un hombro cuando alguien querido lo necesite. Ellos harán lo mismo si vales para ellos.
Recuerda siempre leer estas palabras cuando sientas que la tierra te traga, que no eres tú y que la monótona ansiedad volvió a invadirte, es normal. No somos máquinas, somos seres complejos con altibajos cual montaña rusa.
Quiérete y recuerda... sonríe.
Firmado por una loca enamorada de la vida.
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