7 de marzo de 2017

La tierra prometida

Muchas veces en literatura se usa la metáfora de "la tierra prometida" con carácter sexual, aquel paraíso terrenal sin explorar, la castidad y virtud del hombre y la mujer (más en esta última).

En este caso yo haré referencia propia a esa expresión, para mí "la tierra prometida" es aquel lugar al que vas cuando te evades y buscas inspiración filosófica para aplicarla a tu vida. A tu día a día.




Un lugar que solo tú conoces y es tu Edén personal. Aquel paraíso mágico donde tú eres el rey de tu propio pensamiento, tú decides que está bien y que no.

Aquel escondite para el llanto oculto, para los sentimientos más oscuros de tu ser. Lugar de emociones sinceras, donde puedes ser tú mismo, donde no hay prejuicios, dolor, sonidos molestos, olores desagradables, todo es para ti.

Un sitio único para tus inspiraciones, para dar rienda suelta a tus pensamientos prohibidos en palabras, aquellos que no podemos decir en voz alta, aquellos que nadie más que nosotros mismos podemos oír, sentir...

Nuestro pequeño paraíso es como nuestro más diminuto y privado diario personal. Solo que es un espacio espiritual, no es un libro físico donde escribes con tu bolígrafo, pluma o lápiz. Ni un blog en la web, ni una publicación en redes sociales... Es algo mucho más personal, inexpugnable e importante que todo eso.
Es nuestra tierra prometida, aquella a la que todos quieren llegar, acceder, pues es el cénit, el objetivo de la vida misma. Como repetía al principio sobre la literatura... queremos y necesitamos llegar a ella, como lugar inexplorado, misterioso y con la loca teoría de si existe siquiera...



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