4 de septiembre de 2015

Sección: Pesadillas.

Me gustaría relatar una pesadilla que tuve hace apenas un par de noches... Era bastante curiosa y me gustaría compartirla en el blog. Ahí va:




~~La noche estrellada y la oscuridad nocturna lo rodeaba todo a mi alrededor.. 
A lo lejos, logré percibir la tenue luz de una fogata o quizás fuese una linterna, la imagen no era clara... Pero estaba sola, con un fino vestido negro y el largo pelo tapaba mis ojos, reduciendo mi campo de visión aún más.
Mis ojos fueron acostumbrándose a la penumbra, haciendo visible un frondoso bosque ante mí.
Me introduzco en éste y al momento una ráfaga de aire me atraviesa y me cala hasta los huesos. Las lechuzas me observaban desde su hogar en las ramas de los altos árboles.
Era una noche sin luna, por lo que ni siquiera la luz natural de la hermosa plata me iluminaba el camino. Solo me guiaba por mi instinto y por la tenue calidez de una hoguera que se encontraba a lo lejos y por mas que avanzase, parecía que nunca me acercaba a mi objetivo.
De pronto comenzó a llover y algo se movió entre los arbustos cercanos a mi brazo derecho.
Casi de forma imperceptible y antes de que pudiese emitir sonido alguno, una masa de pelo negro se agazapó a mi pie, mordiéndolo.
Un dolor desgarrador me atravesó la piel, de una forma casi irreal para ser un sueño.
Contuve las lágrimas, mordiendo mis labios hasta hacerlos sangrar y miré a mi atacante.
Un desdentado y enorme perro de negro pelaje. Le propiné una patada y lo mandé lejos de mí, para echarme a correr con todas mis fuerzas lo más lejos posible, acto seguido.

Recuerdo que... llegué a la hoguera, pero no hallé a nadie. Para entonces me notaba débil, mi pierna se había desangrado y presentaba un tono morado y negruzco, como el cabello del perro de ojos amarillos. La lluvia seguía cayendo, pero el fuego de la fogata no se extinguía.
Herida, moribunda y sin ningún lugar a donde ir, me arrojé a las llamas, quemando todo lo que quedaba de mí. Primero ardió mi vestido, dejándome desnuda y vulnerable ante los lametones de fuego.
Lo siguiente fue mi pelo, negro y largo... ardió como una astilla seca, dejándome calva. Mi cráneo fue el primero en sufrir, mientras mis extremidades perdían la piel lenta y dolorosamente.
El fuego alcanzó mi rostro, calcinándolo y perdí la visión cuando llegó a parar a mis ojos.
Entonces y solo entonces logré gritar, pero nadie me oyó, ni me oirá jamás..


   Y ahí fue cuando me desperté, fue todo muy extraño ¿Verdad?
He intentado poner el sueño de una forma literaria, espero que os guste ;)
Un saludo!!




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