22 de agosto de 2012

Teenage Dream- Capítulo 15


Capítulo 15: Patinar nunca había sido tan divertido.

Sábado 2 de Octubre de 2010

Sandra somnolienta se levanta de su cama e introduce los pies desnudos en unas zapatillas de terciopelo que tenía. Con un pijama de invierno con un pingüino dibujado, estira los brazos y el cuello y de su mesita de noche coge una goma del pelo, con la que se hace un moño informal con algunos rizos salientes.

Mira el reloj mientras bosteza y se tapa la boca con la mano.

-Las 10 de la mañana- Dice frotándose los ojos- Bajaré a desayunar.

Mientras baja por las escaleras hacia la cocina, piensa en todo lo que vivió anoche.
La cena con Alejandro acompañado de sus amigos y ella con sus amigas.
Lo pasó genial, los amigos de Alejandro eran muy simpáticos y parecía que las chicas hacían buenas migas con ellos. Nunca una hamburguesa de carne desconocida y en un local barato, le había parecido un lugar maravilloso para salir con él por primera vez, aunque estuviesen acompañados. -Por algo se empieza- Piensa Sandra mientras llega a la cocina y comprueba que su madre no esta.

-Hay una nota- Dice Sandra en voz alta mientras se dirige junto al microondas y coge el papel- “Cariño, he salido a comprar algunas cosas con tu tía, y tú padre ha salido hacer algunos trabajos que tenía pendientes, vendré a la hora del almuerzo, un beso.. P.D: Hazte el desayuno”.

Sandra suelta el papel y suspira, se dirige hacia la despensa y coge una barrita de galleta y chocolate y se la come en un momento, luego coge una mandarina, la pela y se la come.

De nuevo vuelve a su habitación y hace su cama. Enciende el ordenador y pone la radio. Había un programa de esos que echan por las mañanas que hablan los locutores gastando bromas y cantando.

En ese momento suena el teléfono. Sandra corriendo baja las escaleras precipitadamente y agarra el teléfono inalámbrico, lo coge y mientras habla va subiendo las escaleras de nuevo a su habitación teléfono en mano.

-¿Sí?- Sandra entra en su habitación.
-¿Sandra?-Dice Ana al otro lado de la Línea.
-Sí, Dime Ana- Contesta Sandra sentándose en la silla de nuevo.
-¿A que no sabes lo que me pasó?- Pregunta Ana llena de felicidad.
-¿Qué?- Pregunta Sandra también bajando el volumen de la radio.
-Gonzalo, ¿te acuerdas de él?
-Como para no acordarse, te llevaste anoche todo el tiempo hablando con él.. Bueno ¿ y que pasa?
-Anoche me dio su móvil y yo le di el mio.
-Sí, sí- Afirma Sandra asintiendo con la cabeza.
-Pues esta mañana me llamó temprano para decirnos si queremos ir con él y con Alejandro a patinar.
-¿Y?- Dice Sandra apagando el ordenador sin haberlo usado siquiera.
-Pues que él me comentó que sabe que te gusta Álex y va a enseñarle a patinar ya que no sabe, y quiere que vayas tú también para que estemos los cuatro juntos..
-¿Cuatro? Y ¿que pasa con Marina y María?- Dice Sandra poniéndose de pie y mirando por la ventana como la gente pasaba de un lado a otro de las calles sin mirar antes.
-Ya las avisé y dicen que han ido a visitar a su abuela, así que, vamos tú y yo- Ana ríe tontamente al otro lado del teléfono.
-Ah, vale.. ¿A que hora?- Dice Sandra suspirando mientras se dirige hacia su armario.
-Ya, me paso a recogerte dentro de 10 minutos- Dice Ana despidiéndose- Adiós.
-Espera Ana.. Espe- Cuelga- Me ha colgado.

Sandra cuelga también iracunda, mira el reloj de su mesita de noche “11:56”.

-Tengo que darme prisa- Dice mientras va al armario y empieza a rebuscar entre su ropa de algodón y tejidos gordos, típicos del invierno.

Coge una camiseta de cuello alto negra de rayas verdes oscuro y unos vaqueros oscuros. Unas botas de agua y una chaqueta de lana.

Deprisa se viste y va rápidamente al baño. Se cepilla los dientes y se peina, se coge una coleta alta y se lava la cara. Un poco de perfume y cogiendo las llaves para cerrar la casa, tras haberla cerrado sale a la calle a esperar a Ana en la puerta.

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Sandra impaciente, mira una y otra vez su reloj, a la misma vez que mira a un lado y a otro de la calle.

En esos momentos Ana con los patines rosas se acerca a Sandra y la saluda con una gran sonrisa.

-Ya creí que no estarías lista en menos de cinco minutos- Mira hacia los pies de Sandra- ¿Por que no llevas los patines puestos?
-Porque no se patinar.
-Tonta yo te enseño.
-Paso, ¿nos vamos?- Pregunta Sandra, señalando al camino por el que había venido Ana.

La chica asiente, y patinando lentamente junto a su amiga, van calle abajo hasta llegar a un aparcamiento donde había una acera con un suelo muy liso, perfecto para patinar, o aprender a hacerlo.


Tras esperar unos minutos en silencio, los chicos llegan hasta ellas, Gonzalo sabía patinar muy bien y se ponía hacer piruetas y a patinar de espaldas.

Alejandro si embargo, apenas podía mantenerse en equilibrio. Ana y Gonzalo se reían de él, mientras Sandra le contemplaba, comprendiéndole ya que ella tampoco sabía patinar y sabía lo que sentía en ese momento.

Se acercó y le saludó con una sonrisa, mientras le sujetaba el brazo para que se mantuviese en equilibrio. Mientras tanto, Ana y Gonzalo se iban riendo y patinando juntos, muy lejos de allí.

-¿Tú tampoco sabes patinar?- Pregunta Sandra mirando en dirección donde Ana y Gonzalo desaparecían.
-No, te pareceré patético.
-Para nada, yo tampoco se.
-¿En serio?- Pregunta el chico sin creerselo demasiado y mirando a Sandra.
-Sí- Dice Sandra sonriendo y asintiendo- A si que, vamos a aprender juntos.
-Tú no llevas patines...
-Bueno, yo te sujeto y cuando aprendas tendrás que enseñarme tú a mi.
-Trato echo- Concluye Alejandro riendo y alzando los brazos para mantener el equilibrio.

Sandra reía feliz, pero no se reía de él, simplemente le parecía divertido lo que hacía, y se imaginaba a ella con los patines aprendiendo a patinar con la misma posición.

Si Alejandro ya era más alto que ella, con los patines lo era aun más, parecían padre e hija. Para hablar con él, Sandra tenía que elevar tanto la cabeza que el cuello le dolía.

Se quedaron patinando por allí hasta las tres de la tarde y luego Ana y Sandra volvieron a sus respectivas casas. Alejandro no había conseguido aprender a patinar pero iba progresando.. Más o menos..

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Ana estaba muy contenta, ya que se había pasado todo el tiempo con Gonzalo y a su vez, había dejado a su amiga con el chico que le gustaba. Dos pájaros de un tiro.

Sandra estaba feliz, pero ser solamente su amiga le afectaba, ella quería algo más pero sabía que eso nunca pasaría.

O al menos eso pensaba, lo que no sabía era que si llegaba a salir con él, algo terrible le pasaría a otra persona.........



1 comentario:

  1. No he entendido muy bien la última frase, pero bueno, tampoco entendí muy bien este capítulo

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