Hoy es un lunes cualquiera. De mediado de un mes cualquiera, de un año cualquiera durante una estación sin importancia.
El reloj da sus tonos ensordecedores al alba, ahí cuando el sol aún no está presente. Caminar hasta el trabajo, la escuela o un destino sin importancia. Todo es igual cada día. Rostros de personas comunes, desconocidas, artificiales. Se mueven como robots por la calle. El sueño reflejado en sus párpados caídos, pasos cansados, posturas encorvadas sobre el móvil. A medio despertar.
Los pájaros comienzan a cantar con los destellos del sol y el olor a pan caliente en las terrazas de las cafeterías. Se reparte la prensa en las avenidas. Autobuses cargados de gente, coches provocando atascos en las carreteras.
Todo va según su curso, como todos los días. Es uno más.
Un lunes cualquiera, la semana despierta.
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