Estoy dentro de una nube de espejo humo rodeada de caricias que no sé de dónde llegarán pero sí puedo sentirlas y adivinar de quienes son. Un vacío se forma en mi estómago impaciente, hambriento de más. Las mariposas salen de la crisálida por primavera y comienzan su trabajo de devorarme por dentro, pero como me gusta que lo hagan...
Las mariposas son sustituidas por abejas zumbonas que pasan a molestar a mi cerebro confuso por la extrema felicidad recibida. Mi cabeza tiene emociones danzantes, sentimientos encontrados y pensamientos alborotados, desorden. Caos.
Pero debo añadir que me encanta este caos y no quiero molestarme en reorganizarlo para no hacerlo desaparecer.
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