Y puede ser horrible o maravilloso.
Hay recuerdos hermosos que te hacen sonreír pasen los años que pasen. Pueden ser provocados por imágenes, canciones, una frase, un objeto... Pero también, aunque saquen sonrisas, no tienen que ser felices.
Hablo de los recuerdos agrios, las sonrisas amargas, tristes, miradas vacías...
Sonríes por lo que fue, pensando a su vez en lo que pudo ser. Como esos juegos de moda en que tienes varias opciones y cada acción te lleva a un final distinto. Como la vida misma... No hay una sola posibilidad, ¿quién sabe lo que habría pasado después, antes o durante el mismo recuerdo que ahora atesoramos?
Esas sonrisas son hermosas por las cosquillas del estómago, son terribles por el vacío posterior.
Pero, son sonrisas al final, ¿no?
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