24 de marzo de 2018

Memorias de una quinceañera

He perdido la cuenta de todas las veces que te he hablado, Sandra del pasado.
Pero hoy me centro en la quinceañera porque mis 20 se acercan y esa época fue un punto de inflexión en mi vida.

La novela, el primer proyecto que realizas y del que te enorgulleces, sale a la luz después de un año de trabajo y un verano sacrificando tiempo para releer treinta dos veces.

Respira, lo has conseguido pero vendrán tiempos turbios.

Ten cuidado con el amor. Parece tontería repetitiva en cada carta. Pero di "te quiero" con el corazón.
De verdad que lo valorarán.

Y no llores más por un chico, te van a querer, mejor o peor; con más o menos intensidad y oirás palabras dulces con máscara de sinceridad, pero llegará.
No llores más.

Los problemas ahogarán pero saldrás a flote, no olvides respirar. Sigue batiendo las alas.
No prestes atención a esas personas malas, se acabarán yendo si les muestras una sonrisa que ellos jamás tendrán. Venga, arriba y enséñales la puerta. Se irán rápido, créeme y no valen la pena ni la alegría. Sécate esas lágrimas y levanta la cabeza. Sonríe, eso les revienta.

Querida Sandra quinceañera, estas son las breves memorias y consejos de la tú de 5 años después.
Hazme caso, te conozco y me ignorarás pero al menos... no llores más.
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