Hablo de las personas denominadas "veletas". Ese grupo de individuos que van donde les lleva el viento, donde mejor les conviene estar.
Si les beneficia estar contigo, lo estarán. Si por el contrario no es así, te darán de lado sin pensarlo.
A lo largo de mis 19 años, he convivido e incluso creado lazos de "amistad" con las personas veleta.
Son tóxicas, duelen cuando crees que tenéis una gran relación y de buenas a primeras, se dejan manipular con una facilidad que asusta por terceras personas (altamente influyentes) y automáticamente olvidan tu existencia hasta para negarte un saludo cordial por la calle.
Los que hayan leído mi blog desde hace tiempo sabrán que yo tampoco he sido siempre una amiga estrella. Hace ya años que cometí un grave error y perdí mucho. Soy impulsiva y hablo sin pensar, pero doy disculpas sinceras, porque si no fuese así... ni me molestaría en decir lo siento.
A su vez he llevado a cabo acciones que no eran las más acertadas, pero nuestros actos nos definen.
Lo que quiero decir con toda esta palabrería es que he podido cometer muchos errores en el pasado, o meter la pata en ocasiones con los amigos, pero jamás fui veleta.
De ahí que me sorprende de sobre manera cuando conozco a personas que sí lo son. Creen lo que otros individuos muy persuasivos (para su convenio) dicen y no se molestan en comprobar tan siquiera nada de lo que dice, si es cierto o por el contrario solo suelta mierda ajena por su boca.
Toda esta reflexión viene de mi charla con mamá. Mi progenitora se sorprende cuando le digo que es mejor ignorar. No olvidar, el pasado nunca debe olvidarse, nos define. Pero si ignorar todo y aprender que esas personas que te dañaron en antaño podrían volver hacerlo, así que no dejarlas acercarse a nosotros de nuevo es suficiente atención por nuestra parte hacia ellos.
Odiar no sirve de nada, solo te provoca estrés a ti. Sí, queridos lectores, a mi parecer odiar provoca estrés.
No quiero dar a entender que esto me esté ocurriendo de nuevo, solo recordé hechos del pasado y quise dejar mi opinión desarrollada por escrito. Mi forma de pensar sobre este asunto ha variado mucho estos años.
Ahora tengo unos amigos que creo no merecer y estoy segura que ellos no son veletas ni nada que el viento pueda llevarse.
Todo ha cambiado, ya ves más fácil detectar a estos "amigos" que nunca llegaron ni llegarán a serlo. Solo espero que no les vaya demasiado mal en la vida y que se den cuenta rápido que esa personalidad tan variable no les llevará a buen puerto.
Con esta reflexión me despido...
ATTE:

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