Últimamente reflexiono poco o nada. Quizás se deba a la falta de tiempo del que dispone mi cerebro. Apenas pienso en mis propios sentimientos o reflexiones.
La mayor parte de mi tiempo, el cerebro se centra en los estudios, o asuntos formales respecto a trabajos escolares, obligaciones o conversaciones sin sentido con las personas que me rodean.
Pierdo léxico, y opiniones... mi personalidad se desmorona y actúo de forma monótona cada día. A veces me replanteo si no soy un sims al que controlan. La mayoría de los días se hacen eternos y parecen que jamás llegará la noche.
Una vez llega la noche, el sueño no acude a mi, y también la noche se me hace eterna, puede que incluso más, ya que la soledad y silencio de la oscuridad nocturna es más dolorosa que la monotonía del día.
Fases de la adolescencia, o locos hormonas, quien sabe... solo sé que cada día me parezco menos a la Sandra del 2013.
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